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Clyo Mendoza

Silencio

  • Josué Osbournehas quoted9 days ago
    Escuché de los hombres que los que mueren sin paz no mueren. Los escuché decir que a veces ni siquiera basta el deseo de morir para que se muera rotundamente. Cuentan historias de gente que todavía muerta recuerda lo que amaba, lo que impulsaba sus puños o la tripa; entonces, dicen, aletean en la matriz de la muerte, contra su pared espesa
  • Josué Osbournehas quoted10 days ago
    Piensa: puede que tu dolor sea porque un animal atroz te está soñando. Piensa: puede que tu dolor sea porque patrullas irrumpen al sol y hay lagartijas aquí y allá tomando el sol entre la carne.

    Despierta, Águeda, que te mira un caballo y su espinazo es la noche
  • Josué Osbournehas quoted10 days ago
    Puede que tu dolor sea un muerto que te está soñando, que sueñe con un niño sentado en las piernas, un niño al que aprietan mientras temen que lo traspase algún animal atroz o el gen de la guerra
  • Josué Osbournehas quoted12 days ago
    Corion
    Hay casas que te hacen esto, te avientan al calor de una idea peligrosa, te agobian. Hay casas así y nadie sabe lo que ha sucedido en ellas: niñas que llaman a sus muertas, que abren para ellas sus manos muy ligeras, desnutridas, manos que responden extendiéndose desde un mundo que parte, que se aleja, manos que se estiran sobre otras manos y con ellas mundos y muros que se derriban. Manos así: solares. Manos en las que pulsa una sangre antenatal, latiendo como una floresta.

    Comida en la puerta al mediodía, una sola comida: frijoles, una salsa picante con sabor a espinas, tortillas que humean como los sueños. Y en los sueños la madre que todo el tiempo tiende su mano como una santa
  • NAYELI CHIRSTELL ACOSTA GARCIAhas quoted13 days ago
    Después de tantos estallidos necesitaba despedirme en silencio. Qué pesado era llevar la sangre a todas partes.
  • Héctor Rojohas quoted2 months ago
    Qué densa era la carne.

    Adiós piedra, adiós altares confusos, adiós masa, adiós animal testigo.

    Después de tantos estallidos necesitaba despedirme en silencio. Qué pesado era llevar la sangre a todas partes
  • Ana Saenzhas quoted3 months ago
    Cuántos de mis amigos han muerto, cuántos tienen hambre. A cuántos les he arrojado un puño de tierra a los ojos para que no miren, para que no me miren, para no verlos.

    Estoy tan limpia. Tan limpia.
  • Ana Saenzhas quoted3 months ago
    No me dolió saber que él tenía otra familia, que tenía un nuevo hijo varón con una mujer más joven, me dolió el alivio. Ya no era yo su única testigo. Qué horror y qué consuelo tener que repartir con alguien esa carga. Seguro le prometió llevarla al mar, pensé. Porque aquí todos queremos ir al mar y nunca vamos.
  • Ana Saenzhas quoted3 months ago
    Mi mundo era ese, quería cantar todos los días para arder. Que me agarrara el sol tendida en el encono, tendida en esa guerra. Escuchaba a las piedras rugir y hablarme sobre un rojo que ardía sin rumbo y se llevaba todo. Las escuchaba decir: “una plaga de insectos puede ser también una plaga de hombres que visten el color de las ramas”.
  • Ana Saenzhas quoted3 months ago
    Este vuelve a ser el instante del floreo, el instante de la noche en que caí al mundo, la noche en que tu padre estuvo orgulloso de tu sexo, la noche en que mi madre temió por mi sexo, la noche en que las olas estrellaron, el instante preciso en el que una lejana tortuga anidó en la playa. No cierro los ojos: los abro. Me quedo junto a ti, me hundo en ti cantando, porque no hay guardián más parecido al sueño, al fuego, a las rocas. Te siento retroceder y llevarte tu sombra, pero sé que me oyes.

    Allá con qué nombre debo llamarte. Con qué nombre te busco.
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