Cuando el honor pasa de ser una simple palabra, a regir tu vida, no porque tú lo decidas, sino porque naciste con el deber de que así fuera, el amor se relega a un segundo término, perdiendo su poder, volviendo su fuerza gris y opaca, como una piedra olvidada en medio del camino.Sin Embargo, solo hace falta una mirada para devolverle el color, para hacerla latir de nuevo y que inunde tu vida, arrasando con todo lo que habías conocido hasta el momento.Eso me sucedió a mí cuando le conocí, aquellos ojos café se convirtieron en la piedra angular que me hizo nadar a contracorriente, igual que una carpa Koi, soñando con alcanzarlo algún día.Me llamo Kenji Watanabe, soy el futuro kumichō de la Yakuza más importante de todo Japón y me he enamorado de quién no debía.Dos hermanos, dos parejas, dos amores imposibles que ponen en entredicho los valores de una cultura.