Lo más importante es que, con un pueblo fuerte, los ciudadanos se relacionan mejor entre sí y con los demás (son «conectivos»). Los ciudadanos de los pueblos fuertes se relacionan bien entre sí y con otras familias, clanes, religiones, razas y etnias. Los ciudadanos conectivos adoptan una actitud positiva para con los otros: son condicionalmente confiados e incondicionalmente fiables. Comparten información con naturalidad; toleran mutuamente las diferencias; están acostumbrados a asumir ciertos riesgos por el bien común. Forman redes de participación cívica a fin de promover los intereses comunes, y luego esas redes facilitan la relación con otros grupos de identidad y otras clases sociales. El pueblo es fuerte porque las personas pueden colaborar y pretenden actuar juntas para controlar