El último héroe del Olimpo

Me miró, como saboreando el hecho de que yo siguiera allí. Y entonces comprendí que yo estaba haciendo exactamente lo mismo. El mundo se desmoronaba, pero lo único que me importaba era que ella continuara viva.

Tyson nos ha comandado! —tronó uno—. ¡Es un valiente!

—¡El más valeroso de los cíclopes! —bramó otro.

Tyson se ruborizó.

—No es para tanto.

«Eh, jefe —dijo Blackjack—. ¿Qué tal una pausa para un dónut?»

Fue sin duda el mejor beso submarino de todos los tiempos.

semidioses famosos, como los Beatles

No hay un beso para darme suerte? Ya es una especie de tradición, ¿no?

sonaba un viejo tema de música disco: Stayin' Alive («Sobreviviendo»). Me pasó por la cabeza una imagen terrorífica de Apolo con los típicos pantalones acampanados de los setenta y una ceñida camisa de seda.

Arranqué un rubí de la planta más cercana y se lo arrojé al dios con rabia

no aparece nadie por las buenas en esa playa, a menos que se trate de semidioses, dioses o repartidores de pizza muy, muy despistados. (Ha ocurrido, en serio, pero ésa es otra historia.)

Estas cosas no te las enseñan en La sirenita.