La nutrida correspondencia electrónica que Pablo Silva Olazábal mantuvo con Mario Levrero entre 2000 y 2004 es la materia prima a partir de la cual este libro entreteje una poética levreriana, abre una ventana indiscreta para espiar en las claves de la concepción literaria y artística de Levrero, en sus gustos, sus manías, sus formas de ver el mundo y la vida. Mucho antes de que sus libros empezaran a reeditarse compulsivamente y de que los estudios críticos en torno a su obra se multiplicaran hasta el infinito, este libro —publicado por primera vez en 2008— fue pionero en la construcción de una mitología personal que había comenzado a gestarse en la intimidad de los talleres literarios y que terminó por fascinar a una enorme cantidad de lectores.