El lector atento irá muy bien acompañado por Carmen en este entender sin comprender demasiado rápido que Lacan ponía como condición de la formación del psicoanalista.
Y así encontrará en estas páginas una sabia lectura -una lectura persistente, insistente, consistente, paso a paso— de un Seminario de Lacan al que conviene acercarse, aun si es la primera vez, sabiendo que no se entiende cómo entiende, y sin querer comprender demasiado rápido aquello que, sin embargo, ya entiende.
Y Carmen -lo sabíamos por otros de sus libros, pero también por el estilo de transmisión de sus charlas— sabe deletrear el texto de Lacan de un modo en el que nos reconocemos de inmediato en una verdadera comunidad de transferencia de trabajo. Lo que no es decir poco.
Saludemos entonces este libro, inagotable en efecto, al que Carmen nos invita.
Miquel Bassols