Es muy común escuchar que la comida árabe está muy condimentada. Podemos decir que no es así: simplemente está condimentada distinta.
Cuando aparecen sabores a los que la gente no está acostumbrada, el paladar percibe inmediatamente el sabor diferente y parece más intenso, cuando en realidad no lo es.
Es por eso que al degustarse estos sabores instintivamente se acude a la bebida para cortar este sabor y allí es donde recomendamos tomar bebidas secas o puras -anís seco o vino tinto— y tratar de evitar las bebidas gaseosas; incluso es considerado un desatino acompañar nuestra comida con cerveza.
Entre las especies o condimentos que enriquecen nuestra cocina existen dos que predominan en su uso y en su sabor: uno es el Condimento Jamaica que se caracteriza por ser una pimienta de sabor definido que incorpora una particularidad: deambula entre lo picante y lo dulzón, con una característica sabrosa difícil de describir. El otro condimento que nos distingue se denomina Baharat aunque entre nosotros ya es reconocido como 7 Especies. Como su nombre lo indica, es la molienda y mezcla de siete condimentos distintos entre los que se destacan: la pimienta blanca, la pimienta negra, la jamaica, la nuez moscada, el coriandro, la canela y clavo de olor. Algunos cambian la jamaica por el gindo o el jengibre. Este condimento se usa especialmente para aromatizar las carnes y pescados, incluso algunos se atreven a incorporarla al queppe.