El tiempo no transcurre en estos poemas: tan solo existe, porque este es el tiempo de las amantes. Habitamos un momento suspendido, un presente total de los cuerpos al margen de la Historia, que no es productivo —ni tampoco legible— desde los códigos del deseo heterosexual. Sara Torres nos lleva a este tiempo a partir de escenas fragmentarias —conectadas en su silencio y su ruptura con una genealogía lesbiana que se remonta a las palabras de Safo—, y lo ubica en los momentos íntimos del ritual del baño. Si Phantasmagoria indagaba sobre las alucinaciones del cuerpo en duelo, en este libro se explora el estado del cuerpo enamorado. ¿Comparten, tal vez, afectos y pasiones?