“La novela moderna”, ensayo con el que Mercedes Cabello de Carbonera (Moquegua, 1845— Lima, 1909) fue premiada en el Concurso Hispanoamericano de la Academia Literaria de Buenos Aires en 1892, constituye un buen ejemplo de por qué su autora se distingue en el panorama literario hispanoamericano del siglo XIX a través de una obra innovadora que abarca un registro doble de novelas y ensayos sobre teoría literaria que entablan entre sí un diálogo esclarecedor: los ensayos despliegan ideologías y trazan coordenadas que sitúan las novelas en el mapa de la literatura de la época y prescriben el modo de lectura apropiado para ellas; y ese contrapunto complementario entre ensayo y novela -algo nuevo entonces en la literatura escrita por mujeres— articula un discurso crítico-literario que puede considerarse un valioso resumen intelectual de su tiempo y su generación, la que vive la quiebra estético-filosófica entre Romanticismo y Naturalismo. Atravesado por un eclecticismo ideológico (característico del fin de siglo) que superpone elementos idealistas y espiritualistas a los postulados positivistas, “La novela moderna” defiende un ejercicio de la literatura «subordinado a causas graves y profundas, unidas íntimamente al movimiento social y político, y a las ideas filosóficas que predominan en el mundo”, y, haciéndose eco de las nuevas corrientes sin descartar las aún vigentes, reflexiona sobre cuál sea la novela adecuada a su tiempo y a su contexto, en el que se debe “adaptar y no copiar” las tendencias europeas.