Enero de 1950. Gerardo Santamaría, político del Partido Comunista, exiliado y condenado a muerte por el gobierno de Franco, regresa a España en busca de su amante, Erika Walter, la viuda de un agente secreto alemán, envuelta en el robo de unos documentos secretos. Allí tendrá que enfrentarse a la policía del régimen, a los nazis, a la CIA y a sus camaradas del partido comunista, convencidos de que es un traidor. Pero él está dispuesto a encontrar a Erika: hace mucho que decidió que era la mujer cuyo nombre quería pronunciar el resto de su vida. Ningún hombre puede engañarse a sí mismo cuando está solo y pronuncia el nombre de la mujer que ama.