El camino argumentativo de Sobre la animalidad divide en dos partes su propuesta. La primera de ellas entra de lleno en la problemática dela cuestión animal que, como rastro, se ha quedado en los problemas filosóficos, políticos y estéticos contemporáneos. Como se puede intuir, su aparición, su debate, pero también su espectro, van a producir en las diferentes vertientes del discurso, obligando por efecto, no solo a pensar en la disciplina de la filosofía y su tradición, sino también a reflexionar inevitablemente sobre la violencia, la crueldad y las relaciones que hemos establecido con los animales, y cómo esa violencia se sostiene en los grandes valores de lo humano. Pensamos aquí, a partir de lo dejado por el análisis de Villegas, en distintas variantes de esta importante discusión.
En la segunda parte del trabajo, pensaríamos que la cuestión de la animalidad toma un posición en el margen de la discusión, pero no como desaparición sino más bien como una huella en las actuales reflexiones en torno a los temas de la política. Como si la cuestión de la animalidad diera paso de la idea del margen a la multiplicidad de márgenes en los problemas de la exclusión con ejemplos extraídos de la lectura del cuento de Kafka, Ante la ley, de los ejercicios de memoria de los grupos de las resistencias contemporáneas a potencias que los amenazan, de las violencias de género y de la aceleración del tiempo en la cultura mediática actual.