En verdad, todos los Ketten eran resplandecientes caballeros, pero sólo lo demostraban en el año en que salían en busca de novia. Sus mujeres eran hermosas, porque ellos querían que sus hijos fueran hermosos, y en el extranjero, donde no eran tan apreciados como en su país, no hubieran podido, de otro modo, conquistar a semejantes mujeres