NO ES la astucia, el caletre, el claro juicio,
la iluminada rosa de la inteligencia
la nave en que navegan mis palabras:
las túnicas del sol no son su insignia
ni las velas preñadas su fortuna.
Como guantes bastardos de la noche
que viajan de mi boca a las planicies
de las más apacibles de tus playas
y anclar quisieran con la lengua