Esto es literatura real, la que te sacude, la que te remueve, la que te hace empatizar, la que te hace sufrir penas ajenas, la que te lleva a plantearte cosas que nunca te habrías planteado por ti mismo, la que te despierta, la que, en definitiva, te hace comprender que, a pesar de las numerosas injusticias de este mundo, nunca es lo que hay, sino lo que cada uno está dispuesto a que haya. Porque hace tiempo, en el otro lado del mundo, una mujer sola, encerrada en un centro psiquiátrico y con una lobotomía programada, halló certezas, refugio, consuelo y salvación en la literatura. No existe nada más real que esto.