Cuando los padres de Ben le comunican que van a mudarse desde la fabulosa Nueva York al pequeño pueblecito de Elmers Grove, en el estado de Oregón, siente como si su vida estuviese llegando a su fin.
Impotente ante la negativa de sus padres de quedarse a vivir en la ciudad, se consuela sabiendo que solo deberá soportar durante un año el aburrimiento asegurado que encontrará allí, porque en cuanto termine el instituto piensa volver a Nueva York.
Sin embargo, descubrirá que su intuición inicial era equivocada al tropezarse cara a cara con los secretos que se esconden en Elmers Grove