Afirma tu personalidad, y no imites jamás. Siempre podrás presentar tu talento con la fuerza acumulada por la dedicación de toda una vida, pero sobre el talento que adoptes de otro sólo serás depositario a medias. Lo que cada cual puede hacer mejor, nadie excepto su Hacedor puede enseñárselo. Nadie sabe lo que eres, ni puede saberlo, hasta que seas tú quién se lo muestre. ¿Dónde está el maestro que enseñó a Shakespeare? ¿Dónde el que enseñó a Franklin, a Washington, a Bacon, a Newton? Todo gran hombre es único.