Tiger Woods cuenta la trepidante historia, llena de claroscuros, de la ascensión, caída y renacimiento del mejor golfista de todos los tiempos.
En 2009, Tiger Woods era probablemente el deportista más famoso del mundo; una estrella de fama y fortuna inconmensurables que gozaba de lo que, en apariencia, era una vida idílica, casado con una bella mujer, dos hijos y el mejor swing del circuito. Con un palmarés que incluía catorce majors y setenta y nueve torneos del PGA Tour, Woods tenía unos ingresos anuales de más de cien millones de dólares y era la cara de multinacionales como Nike, Gillette, AT&T o Gatorade. Pero todo pendía de un hilo. Tras un aparatoso accidente de madrugada, cuando se estampó con su todoterreno contra un árbol y quedó inconsciente tras huir precipitadamente de su mansión, se destapó un historial de infidelidades que hicieron que la cuidada imagen del deportista perfecto se desmoronara.
Los periodistas Jeff Benedict, de Sports Illustrated, y Armen Keteyian, once veces ganador de un Emmy, trazan un fascinante relato del que posiblemente sea el mayor deportista individual de la historia moderna a partir de más de cuatrocientas entrevistas con personas cercanas a Woods y más de tres años de investigación. El resultado es un monumental retrato psicológico del niño prodigio que, espoleado por unos padres que lo sometieron a una férrea disciplina castrense y que afirmaban que era “el Elegido”, se convirtió muy pronto en la gran promesa del golf —con precoces apariciones en televisión con tan solo dos años—, pero, como contrapartida, desarrolló una enfermiza relación con su entorno y conductas compulsivas y adictivas que propiciarían una caída en desgracia de proporciones shakesperianas.