Pocos conflictos muestran la complejidad del mundo actual como el de Afganistán. Para empezar, este país entró en el nuevo siglo del modo más catastrófico posible, de la mano del régimen talibán de los noventa, de los atentados del 11 de septiembre de 2001 contra las Torres Gemelas de Nueva York, y de las consecuencias que se derivaron de ello para el mundo entero.
En Afganistán, la continuidad desde 1973 es la guerra civil, y las etapas discontinuas y de duración desigual son las sucesivas intervenciones extranjeras. Todo esto lo saben los afganos, los que lo han vivido y los más jóvenes. Pasa de madres a hijos. Y también tiene que ver con los comportamientos grupales, políticos y sociales.
Durante más de 35 años, Vilanova ha seguido de cerca este conflicto que una y otra vez, y hasta la retirada occidental de Kabul, ha mostrado solo una parte de la complejidad del cubo de Rubik centroasiático.