El Marqués de Sade siempre dará renombre a la perversión, a los más oscuros deseos sexuales; sin embargo, al contrario de su reputación, Sade es un filósofo que se centra en la naturaleza humana y, sobretodo, resalta la hipocresía en la vida moralina de su época. Sade es condenado varias veces a prisiones y hospitales psiquiátricos por los delitos sexuales que comete. Y es justo en uno de estos, donde muere en 1814.