Si hay, si puede haber, un hilo conductor en un libro que repasa la biografía de 24 hombres y mujeres que se ocuparon por sostener un diálogo con las culturas nativas de México antes de la Conquista; es precisamente su apertura intelectual para urgar en el pasado. Es el legado de un historiador que acaso puede (y deber ser analizado) sentar un precedente para que en el presente y en el futuro de esta región predomine el diálogo. También se devela cómo la fuerza del destino se moldea con el carácter de personajes que una vez que supieron frente a que estaban no cesaron en su tarea a pesar de las adversidades. Sin duda un gran ejemplo de cómo desarrollar una vocación.