También debe señalarse que algunos escritores piden becas para escribir libros que ya tienen escritos y la beca se la toman como unas vacaciones muy merecidas en Roma o Sebastopol.
Quiere decirse que las becas a la creación literaria arrojan como resultado en numerosas ocasiones que nadie escriba nada; o nada nuevo, o nada de valor. Cuando hablo de valor, miren si no estoy hablando de coraje.