La migración es la forma más terminante de decir que no hay futuro: que en ese sitio no hay futuro. La migración son miles y miles diciendo que en sus lugares no hay lugar para ellos; su partida es la consagración de la respuesta individual ante la opción colectiva. El migrante, al irse, dice no la puedo cambiar, no podemos cambiarla, no logramos producir el movimiento que nos permitiría mejorar nuestros países y quedarnos; solo podemos irnos, solos, cada cual por su lado, a probar suerte en otro lado.