Yo era una estrella y eso era lo único que le importaba. Yo era la materialización de sus sueños, lo que había planeado conquistar en aquel pequeño restaurante. Amarme o no amarme no estaba previsto. Pero veintisiete años de matrimonio pueden engendrar cosas curiosas. Mucha parejas se quieren desde el principio, luego se cansan y terminan odiándose. Pero a veces es al revés