Howard Phillips Lovecraft (1890–1937) fue un ave nocturna y un cazador de sueños. Nació en Providence (Nueva Inglaterra), donde vivió la mayor parte de su corta vida, que dedicó a contemplar las estrellas, leer con avidez cuanto caía en sus manos y, sobre todo, escribir (poesía, ensayo, relatos y una ingente correspondencia). Al refugiarse en su hermético mundo onírico, Lovecraft se embarcó en un viaje sin retorno hacia una nueva dimensión: el miedo cósmico, el «terror de los espacios infinitos», que estremecía a Pascal. Como Poe, Lovecraft abandona definitivamente las invenciones mágicas o legendarias de los góticos: el castillo encantado, los fantasmas, vampiros y brujas, y las sustituye por una nueva mitología fantástica en la que ya no hay Dios ni Diablo, ni seres sobrenaturales, tan sólo híbridos semihumanos y seres extraterrestres o extradimensionales. Y el miedo se convirtió en horror cósmico. A través del sueño y el vuelo de la fantasía H.P.L. compensó su escasa movilidad física y viajó más lejos que nadie. Este primer volumen de su narrativa completa abarca la producción literaria de H.P. Lovecraft entre 1905 y 1926. Influido desde sus comienzos por Edgar Allan Poe, en relatos como “La tumba”, “El extraño” o “Aire frío”, entre 1917 y 1921 escribió casi una veintena de relatos oníricos inspirados en otro de sus grandes maestros: Lord Dunsany. Cuentos de este periodo son “Dagon”, “Polaris”, “La ciudad sin nombre” o “La búsqueda en sueños de la ignota Kadath”. Así mismo, en esta primera etapa de su carrera vio la luz “La llamada de Cthulhu” (1926), pieza básica y fundacional de los Mitos de Cthulhu, subgénero lovecraftiano que cuenta con ilustres precursores, como Arthur Machen o Algernon Blackwood, así como numerosos continuadores, especialmente los escritores que integran el llamado «Círculo de Lovecraft». Ed. Valdemar