El libro está compuesto esencialmente por dos escritos en los que Adorno expone el cambio de función experimentado en la música hacia la segunda mitad del siglo XX, señalando para ello las modificaciones internas que los movimientos musicales en cuanto tales sufren al quedar subordinados a la producción comercializada de masas, e indicando cómo ciertos desplazamientos antropológicos en la sociedad estandarizada penetran hasta la estructura de la audición musical. Se trata de mostrar cómo la violencia de la totalidad social se ejerce incluso en ámbitos aparentemente separados como el musical.