Crabtree y Durand estudian cómo las élites económicas logran tener peso sobre decisiones en áreas claves del Estado vía la influencia legal. El Perú les sirve de modelo para demostrar cómo funcionan los mecanismos de influencia que permiten a las élites económicas “capturar” el Estado y mantener hegemonía sobre la sociedad. Esta captura es más evidente en las decisiones de política económica, y expresa la acumulación de poder material de las corporaciones en las últimas décadas, que ha sido posible por la debilidad de la sociedad civil y las dificultades de la izquierda para ser una alternativa de gobierno.