Cojo unas gafas de sol. —¿Sabes para qué sirven? —le pregunto a Crayton mientras las examina. Al cabo de un segundo, me las devuelve negando con la cabeza. —No estoy seguro, pero puede que te permitan atravesar objetos con la mirada, como una visión de rayos X. O quizá sean un detector térmico, para ver en la oscuridad. Solo hay una forma de averiguarlo, como ya sabrás. Me pongo las gafas y miro por la ventana. Aparte de amortiguar el resplandor del sol, no pasa nada más. Bajo la mirada hacia mis manos, pero son tan sólidas como de costumbre y cuando examino el rostro de Crayton, no veo ni rastro de manchas térmicas. —¿Y bien? ¿Qué hacen? —pregunta Seis. —No lo sé —reconozco mientras contemplo una vez más el árido paisaje con la esperanza de descubrir el secreto de las gafas—.