Archivo agonía

Resulta irónico, sin duda, que la vida nos enseñe a morir bien y, en medida de lo posible, nos conduzca también a aprender a seguir viviendo tras los efectos de la muerte. Así es la vida.

la vida sucede en ráfagas, repentinas explosiones de estímulos sensoriales que solemos llamar anécdotas.

Creo firmemente que la supervivencia tiende a empujarnos hacia la culpa con la misma intensidad que nos lleva a apreciar las simplicidades de la vida.

Cuando hacemos lo mismo dos, tres veces, cuatro, con la esperanza de que sean cinco, se rompe la singularidad. Se vuelve ritmo, hábito. Y cuando se le agrega propósito y significado a la repetición, se llega al ritual.

«si por mí fuera, esta muerte no sería vista por nadie».

buscó la alegría mientras hurgaba en los escombros de la muerte.

la agonía ocurre cuando se sabe que no hay vuelta atrás. El instante en que la permanencia del ser se vuelve insostenible aunque no ha llegado su fin.

Cómo podía ser que este evento que había devastado absolutamente mi existencia resultara tan irrelevante para el resto de la humanidad? Era un contraste demoledor.

aconsejo a las personas que formen una suerte de pandilla. Y luego, ya sabes, deben amarse los unos a los otros».

antropología… Necesitamos familias extendidas. Necesitamos pandillas. Las tribus quedaron dispersas tras la Revolución Industrial. La idea de la familia nuclear: hombre, mujer, niños, perro, gato, es frágil. Espantosamente vulnerable. Así que yo le acon