la forma de llegar a él puede aportar datos reveladores a la microhistoria de masas.
La estructura de estas conversaciones revela que el autor opera en dos niveles: adelanta alguna declaración clave, luego abre un paréntesis para ocuparse de lo que más le importa (la mitología del grupo, la forma en que conoció esa música, las peripecias que lo llevaron a esa cita y, sobre todo, el estado de ánimo de la criatura en cuestión) y finalmente regresa a los comentarios ante la grabadora. Las entrevistas son intervenidas por una narración donde los temores y las pasiones del autor resultan tan significativas como el hastío y los logros de sus personajes.
Las barreras para acceder a los gigantes son tan variadas que la crónica mejora con ellas. Un escritor de la estirpe de García puede sentir la tentación de que todo salga mal o, de preferencia, pésimo.