Un sociólogo contemporáneo como Jean-Pierre Le Goff llama “la barbarie dulce” al tipo de dominación -sutil pero impla¬cable— de la modernización que promueve el management de las empresas y de los sistemas de educación. Según Le Goff, estas retóricas, disfrazadas de buenas intenciones, contribuyen con toda su potencia a «desestabilizar a los individuos y a los colecti-vos, provoca estrés y angustia mientras que las terapias contem¬poráneas le sirven de enfermería social”. Adminis trar el personal “a la americana”, como promueven los manuales universitarios más vendidos, y como replican los programas de la mayoría de las universidades en Colombia, ha servido simplemente para re¬producir la dominación y la barbarie dulce. Por eso, un ejercicio como el de Carlos Mario Betancur y Mery Gallego puede parecer modesto, pero muestra su aura esperanzadora cuando se le exa¬mina como semilla. También, cuando se sabe que está anclado a los propósitos de un programa veterano de especialización y de una joven maestría que se interesan -estos sí con cierta audacia¬en los aspectos éticos. Por eso, se invita a leer su libro y a con¬tinuar, en la academia y en la práctica, la tarea que ellos aquí empezaron