La manera como nuestro sentido común concibe la realidad nos impide formular adecuadamente los problemas y desafíos que hoy encaramos y generar la capacidad necesaria para resolverlos. Todos actuamos a partir de una concepción subyacente sobre el carácter de la realidad, concepción que, siguiendo la filosofía de Heidegger, llamamos «ontología». No vemos las cosas como son sino según cómo somos nosotros. Por lo tanto, es indispensable examinar las coordenadas genéricas de la existencia humana. Ello conduce a un giro fundamental de nuestra mirada, pues implica que, antes de dirigirla al mundo exterior, resulta necesario volcarla primero sobre nosotros mismos. ¿Cómo ganar entonces la capacidad para encarar eficazmente los problemas que enfrentamos? Esta pregunta nos conduce a la propuesta central de este libro. Sostenemos que las dificultades que hoy encaramos apuntan a lo que hemos denominado «obsolescencia ontológica». En otras palabras, sostenemos que nuestro sentido común está cautivo en una determinada concepción sobre el carácter de la realidad, que no se adecua al carácter que hoy en día esa misma realidad exhibe.