Sí podemos decir que la película es más blanda y blanca que la novela. La escritora no pudo convencer a los productores de desarrollar la historia de amor de dos mujeres, que no mencionaban la palabra lesbiana, pero que vivían felices construyendo su nuevo modelo de familia, con un niño adoptado ante las circunstancias, con amigos a los que cuidar y proteger, como los afroamericanos que trabajan en el lugar. Eso es lo que hace la novela mucho más profunda y en la que la autora creó a dos lesbianas felices, algo poco habitual en la literatura y en el cine, donde el lesbianismo es siempre vivido como una desgracia, como algo triste y una condena.