Bruno ya no es un niño y todavía no es adolescente, pero está en la época más difícil de toda su vida. Nació en México y vive en Nueva Zelanda, el país más remoto del mundo. Bruno es un gran pesimista. Mientras su vida transcurre entre dudas y premoniciones, escribe en su diario todos sus pensamientos, para intentar comprenderse a sí mismo. Hasta que conoce a Maya, una simpática niña chilena de su misma edad y comienza a pensar en ella día y noche, pero no se atreve a decirle lo que siente. Todo cambia drásticamente cuando Bruno sufre un problema de salud y le sale “una bolita” en la muñeca, que parece ser un tumor. El diario de Bruno comparte ese inmenso nudo de emociones de amor e incertidumbre que llegan con la pubertad, en una conmovedora novela sobre las complejidades del alma juvenil.