Debemos colocar las «barreras» antes de nada y de manera visible a nuestro alrededor de forma que no nos arrastren y ofendan (incluso involuntariamente). «Sólo tengo diez minutos para dedicarte...», sin sentirnos culpables por esto. ¿Y si en cambio uno se siente culpable? Prueba a colocar las «barreras» aunque no estés muy convencido.
Atención: a menudo somos propensos a dar, sin límites de tiempo u otras condiciones, porque consideramos que, al hacer esto, los demás no nos abandonarán nunca. ¡Qué equivocación! Es bueno aprender a usar la palabra «no». En primer lugar tengo que cuidar de mí mismo.