El catarismo es un movimiento religioso que se propagó durante el siglo X por el occidente de Europa, logrando su mayor expansión en el siglo XII entre los habitantes del Midi francés, especialmente en la zona del Languedoc, gracias a la protección de algunos señores feudales, vasallos de la Corona de Aragón. La Iglesia católica los declaró herejes y fueron perseguidos hasta lograr su erradicación durante la cruzada albigense (1209–1244). Derrotados, muchos de ellos se expandieron por Europa, y también arraigaron en España, especialmente en Cataluña. Las visitas a los castillos cátaros, la ciudad de Carcasona, las cuevas de Cabrespine y Limousis, se combinan con paseos para explorar los viñedos y degustar los néctares que producen los terruños del Minervois, Corbières, o el efervescente más antiguo del mundo: el Blanquette de Limoux. Antigua provincia romana con capital en Narbona, el departamento de Aude es rico en historia y tradiciones ancestrales.