La poesía no puede derribar a una dictadura, pero sin poesía no hay ninguna posibilidad de derribarla. Si los seres humanos no fuesen capaces de esa extrema delicadeza que es escribir poemas, la violencia sería lo natural, pero porque existen los poemas, la violencia, las matanzas, la tortura, los genocidios, son mucho más monstruosos. Porque si en lugar de torturar a alguien tenemos la posibilidad de tenderle una mano o de abrazarlo, el asesinato es más asesinato y el asesino más asesino.