Un malicioso Moloc desvela unos de sus trucos para tejer alfombras de duelos y propone un viaje relámpago e impetuoso, a través del espacio y del tiempo, por las costas del Mediterráneo oriental, las de la Carpiana y del mar Negro, desde los arqueros asirios de hace casi treinta siglos a los avispones tártaros de hoy.
Karabagh, Astrak, Syunik, Chuchi, Nakhitchevan, Zenguezur… Este raro y exótico decorado puede parecer, de pronto, familiar, pero extrañamente, a través de las páginas, se dará el paso al otro lado.
¿La dimensión de este otro lado? El autor opina que el marco originalmente regional ha volado en mil pedazos, que lo que está en juego es colosal.