Vale… Apolo, me parece bien llevaros a ti y a Meg al campamento si es lo que quieres. Yo nunca doy la espalda a un semidiós que necesita ayuda…
—¡Estupendo! ¿Tienes algo aparte del Prius? ¿Un Maserati, por ejemplo? Me conformaría con un Lamborghini.
—Pero —continuó Percy— no puedo verme envuelto en otra Gran Profecía o lo que sea. He hecho promesas.
Lo miré fijamente, sin acabar de entender.
—¿Promesas?
Percy entrelazó los dedos. Eran largos y flexibles. Habría sido un magnífico músico.
—Me perdí la mayor parte del penúltimo curso de secundaria por culpa de la guerra con Gaia. Me he pasado el otoño entero poniéndome al día con las clases. Si quiero ir a la universidad con Annabeth el próximo otoño, tengo que evitar meterme en líos y graduarme.
—Annabeth. —Traté de ubicar el nombre—. ¿Es la rubia que da miedo?
—La misma. Le prometí expresamente que no me dejaría matar mientras ella estuviese fuera.
—¿Fuera?
Percy hizo un gesto vago con la mano hacia el norte.
—Ha ido a Boston a pasar unas semanas. Una urgencia familiar. El caso es que…
—¿Me estás diciendo que no puedes ofrecerme tus servicios permanentes para que vuelva al trono?
—Ejem… sí. —Señaló la puerta del dormitorio—. Además, mi madre está embarazada. Voy a tener una hermanita. Me gustaría estar aquí para conocerla.
—Bueno, eso lo puedo entender. Recuerdo cuando nació Artemisa…
—¿No sois mellizos?
—Siempre la he considerado mi hermana pequeña.
Percy torció la boca.
—En fin, mi madre está liada con ese asunto, y además va a publicar su primera novela esta primavera, así que me gustaría seguir con vida para…
—¡Estupendo! —exclamé—. Recuérdale que haga los debidos sacrificios. Calíope se pone muy quisquillosa cuando los novelistas se olvidan de darle las gracias.
—Vale. Pero lo que quiero decir… No puedo irme otra vez de misión por el mundo. No puedo hacerle eso a mi familia.
Percy miró hacia la ventana. En el alféizar había una planta en un tiesto con unas delicadas hojas plateadas: posiblemente lazo de luna.
—Ya le he provocado a mi madre suficientes infartos para toda la vida. Ya me ha perdonado por desaparecer el año pasado, pero les juré a ella y a Paul que no volvería a hacer algo así.
LOOOOOOOOOOO AMOOOOOOOOOOOOOOOOO Y LO TIENEN AMENZADO JEEJEJEJ