El camino del autoconocimiento y la «transformación en Dios» cuenta con mapas que han sido trazados por sabios y sabias de distintas épocas y culturas. Uno de los más sólidos y contrastados es el que tiene como base la constitución septenaria del ser humano. La identificación de los siete cuerpos por los que estamos formados permite delinear un trabajo desde lo más denso hasta lo más sutil, siendo este el orden coherente con el que proceder para realizar una labor espiritual seria.
Los aspectos físicos (una alimentación adecuada, el correcto cuidado del cuerpo) constituyen la base sobre la cual ir moldeando y afinando los aspectos energéticos, emocionales, mentales y supramentales. Hay quienes sienten que “cumplen” con su autotransformación por medio de sujetarse estrictamente a ciertos comportamientos del ámbito de lo material, mientras que otros tienen pocas consideraciones hacia el cuerpo físico y aspiran a unirse con lo divino atendiendo solamente a las cuestiones más sutiles.
Otras personas creen que la única clave de la felicidad permanente es un determinado trabajo con los pensamientos o las emociones Pero ceñirse a una parte del camino solamente, o pretender saltarse tramos, o aspirar a recorrerlo en el orden inapropiado, no es lo que nos conducirá a la meta. En este libro encontrarás una hoja de ruta fidedigna hacia la autorrealización. El proceso de conocimiento de ti mismo como el ser divino que eres dotará de pleno sentido a tu vida, pues constituye el mismísimo sentido de tu vida.