En la mágica noche de San Juan se celebra el aquelarre en Gallocanta. Hombres y mujeres se dejan llevar por la fascinación de los sentidos, la brujería y el maligno encanto de Satanás. Sin embargo, las primeras luces de la mañana iluminan un cadáver que flota en la laguna. Es el rey del aquelarre y cientos de miradas acusadoras se centran en tres mujeres, que sienten sobre sus almas el peso implacable de la horca bajo la secreta certeza de la injusticia.