y por primera vez vio y comprendió que todos los seres, montañas y hombres, gamos y aves, las estrellas y todo lo creado, todo vive su vida sin poder sustraerse a un ferviente anhelo, buscando su final, y la muerte de una persona no es más ni significa más que la caída de una piedra desprendida de la montaña por las aguas, que va rebotando por la ladera, hasta que se rompe en mil pedazos