Parecerá mentira, pero es más sencillo conocer los procesos de la mente y del corazón, aun si se trata de mentes y corazones que no son el nuestro, que describir la pasión o la indiferencia de los cuerpos cuando se enfrentan entre sí e intuyen que ha llegado el momento de dar el extraño paso de disolverse el uno en el otro, de formar, por unos instantes, un solo cuerpo.