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Yuliana Ortiz Ruano

Fiebre de carnaval

  • Cleo Letrashas quoted4 days ago
    El amor terrible de los hombres, el amor terrible de un padre hacia sus hijas siempre vuelve.
  • Cleo Letrashas quoted4 days ago
    esta confusión que se me mezcla como ensalada en la cabeza
  • Cleo Letrashas quoted4 days ago
    El amor de los hombres hacia sus hijas es el más terrible, supe pronto.
  • Cleo Letrashas quoted4 days ago
    Altísimo y rojo, con unos pantalones negros bien planchados, una camisa azul con franjas blancas en los costados y un sombrero pescador que lo hacía parecer una mezcla de señor de banco del cuello para abajo y cantante de tecnomerengue del cuello para arriba, hermoso como sandypapo.
  • Cleo Letrashas quoted6 days ago
    tensando su cara como la piel de un animal antes de ser montada a un tambor para ser golpeada para siempre, haciendo el milagro de la música.
  • Cleo Letrashas quoted6 days ago
    La mirada de una diosa negra, negrísima, sobre todas las cosas.
  • Cleo Letrashas quoted6 days ago
    Yo me estaba quemando como alguna vez se hizo cenizas ese barrio desde las uñas de los pies: los pelitos que tenía en el dedo gordo, las medias con el sello de la escuela, los zapatos de cuero cafés, la piel y los vellos largos de las pantorrillas. Las rodillas me hervían, se empezaban a desintegrar. Subían las llamas por los muslos, el espinazo y la chepa para quedarse anidada la quemazón en las caderas. Experimenté la piel que recubría mis músculos, haciéndose chicle contra el rojo encanto de fragatas, de los asientos de la bestia esa que me transportaba. Llorando de ladito en la ventana del copiloto, imaginaba al ñaño Jota pegando una rumba infernal como el incendio de Barrio Caliente en el balde de la camioneta.
  • Alejandra Olivareshas quoted2 months ago
    La mirada de una diosa negra, negrísima, sobre todas las cosas.
  • Alejandra Olivareshas quoted2 months ago
    Los ojos de la mama Doma sobre nuestros cuerpos cuando almorzamos todos juntos sentados en el comedor, o mejor dicho, todas juntas sentadas en el comedor, porque los papis nunca están. Están los ojos de la mama Doma mirando sigilosa cada uno de mis pasos, me da miedo hacer crujir las tablas del piso cuando camino, porque siento sobre los huesos del cuello la mirada de la partera Doma, que es a su vez la mirada de Dios sobre mi cuerpo.
  • Alejandra Olivareshas quoted2 months ago
    Esa línea es como una cuerda con la que uno puede saltar y estar en ambos lados, a veces en el bueno y otras solo estar en el que le tocó caer los pies, sea el izquierdo o el derecho
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