Los que no pueden rebelarse piden consejo, quieren ser seguidores. Su psicología es que al seguir a otros se relevan de toda responsabilidad. El guía, el maestro, el líder, el mesías, se hace responsable de todo. Lo único que se le pide del seguidor es que tenga fe. El rebelde está tremendamente enamorado de la libertad - libertad total, nada menos que eso.
48 - El rebelde no tiene salvador, ni mensajero de Dios, ni mesías, ni guía. Se mueve según su propia naturaleza. No sigue a nadie, ni imita a nadie. Ciertamente ha elegido el más peligroso modo de vida, lleno de responsabilidad, pero de tremenda dicha y libertad. Cae a menudo, comete errores, pero no se arrepiente de nada, pues aprende un profundo secreto de la vida: cometiendo errores te vuelve sabio. No hay otra manera de volverse sabio.