ZODÍACO, SIGNOS DEL
El Zodiaco, palabra derivada del griego que significa «pequeño animal», es aquella parte del cielo en la que se cree que se mueven los planetas y que el Sol recorre durante todo el periodo del año. Los antiguos lo habían dividido en doce partes y a cada una de estas le asignaron un signo o una constelación, de lo que derivaba el nombre. Se llamaron de este modo Aries, Tauro, Géminis, Cáncer, Leo, Virgo, Libra, Escorpión, Sagitario, Capricornio, Acuario y Piscis. El motivo de estos nombres hay que buscarlo en la disposición de los astros que evocan tales figuras, que a continuación encontraron una justificación en la mitología. Aries, el primero de los doce signos del Zodiaco, era según la leyenda el animal del vellocino de oro inmolado a Zeus, y su preciosa piel sirvió de motivo a la expedición de los Argonautas. Tauro recordaba a uno de los disfraces que con frecuencia usaba el rey de los dioses para sus conquistas amorosas, y precisamente el adoptado por este para seducir a la bellísima Europa. Géminis quedó identificado con los famosos gemelos Cástor y Pólux, llamados Dioscuros porque eran hijos de Leda y de Zeus. Cáncer era el grueso cangrejo que Heracles aplastó después de haber sido mordido por el mismo durante su lucha contra la Hidra de Lerna y que Hera, su enemiga, había sacado de la tierra para que le atacara. Leo era el famoso león del bosque de Nemea que el mismo Heracles asfixió entre sus brazos. Virgo sería la transformación de Astrea o Justicia, hija de Zeus y de Temis, que bajó del Olimpo a la tierra en la época de la Edad de Oro, pero que se marchó asustada y disgustada cuando en la tierra se realizó el primer delito. Libra representaba la balanza de Astrea, de la que se servía para pesar sus juicios. Escorpión era el mismo que, mandado por Ártemis contra Orión, había causado la muerte de este con su mordisco. Sagitario, centauro y habilísimo arquero, era Croco, hijo de la nodriza de las Musas, que se había hecho famoso en el Parnaso por sus empresas de intrépido cazador. Capricornio era la famosa cabra Amaltea, que tuvo la gran misión de nutrir a Zeus. Acuario era Aristeo, hijo de Apolo y de Cirene, quien causó la muerte de Eurídice. Piscis, que cierra los signos del Zodiaco, sirvieron de montura a Afrodita y a Eros, cuando la diosa tuvo que atravesar el Éufrates para huir de la persecución del gigante Tifón. Según otra versión, estos serían los peces que llevaron a Anfítrite y a Poseidón. De origen caldeo, la división en doce partes, una por mes, de la elipse formada por el Sol en su movimiento es la base de la astrología. Esta se divide en dos partes esenciales: la astrología propiamente dicha y la astrolatría. La primera deduce del movimiento de los astros el cálculo del destino de los hombres, desde el horóscopo, es decir, desde el punto del Zodiaco que se alza en el horizonte en el momento del nacimiento de un individuo. La astrolatría es el culto de los astros, que tenía su fundamento en la relación que cada signo poseía con una de las doce mayores divinidades del Olimpo; Aries correspondía a Atenea, Tauro a Afrodita, Géminis a Apolo, Cáncer a Hermes, Leo a Zeus, Virgo a Deméter, Libra a Hefesto, Escorpión a Ares, Sagitario a Ártemis, Capricornio a Hestia, Acuario a Hera, Piscis a Poseidón.
Con los signos del Zodiaco se representaban, generalmente, los emblemas que formaban los atributos de los dioses: la lechuza con Aries, la paloma con Tauro, el trípode símbolo de Apolo con Géminis, la tórtola con Cáncer, el águila con Leo, la espiga