Está ambientada en Suecia, en la localidad de Ystad, aunque también se narran ocasionales desplazamientos al norte del país y a la localidad de Malmö, esta última cercana a Ystad. Hay una serie de asesinatos (aunque la palabra ?serie? es, desde un principio, excesiva, según lo acostumbrado en estos tiempos) de hombres con características disímiles, no así las muertes, en las cuales un detective perspicaz va encontrando semejanzas, no en la forma sino en la brutalidad y ensañamiento (que no es tal o no tanta, puesto que ya estamos curados de espanto con lo visto en el cine y la televisión). El detective se llama Wallander y aparece en las otras novelas de Mankell. Se trata de un tipo inteligente y con poca vida personal. Desde un primer momento se nos dice quién es el asesino, dejándose entrever, además, las causas o motivos que le pueden llevar a matar gente, estando, sin embargo, la ?gracia? de la novela en observar ?yo acaso con un poco de escepticismo? cómo Wallander es capaz de salir del atolladero, salvando incluso a una última víctima que no llega a serlo por tanto. Hay pinceladas poéticas, utiliza Mankell a uno de los asesinados para ello, aunque también él mismo se permite licencias a cuenta del clima de Suecia y de la congoja del detective por su padre muerto recientemente.