Para entender la fotografía

Una fotografía es más simple que la mayoría de nuestros recuerdos, su campo es más limitado. Sin embargo, con la invención de la fotografía adquirimos un nuevo medio de expresión más estrechamente asociado a la memoria que ningún otro.

Las verdades no siempre son evidentes en las circunstancias a las que se refieren.

En lugar de ser: he decidido que merece la pena registrar lo que estoy viendo, ahora podríamos decodificarlo como: se puede valorar el grado en el que creo que merece la pena ver esto mediante lo que voluntariamente no muestro porque ya está contenido en lo que muestro.

La composición, en el sentido más profundo y pedagógico de la palabra, no tiene lugar en la fotografía.

Las fotografías testimonian una elección humana en una situación determinada.

Se dice que hay que poner fin a la explotación en el mundo. Se sabe que la explotación aumenta, se extiende, prospera y se hace cada vez más despiadada en defensa de su derecho a explotar.

Pero también incluirá verdades globales: ninguna otra violencia ha sido tan intensa, tan extendida o ha durado tanto como la que los países imperialistas infligen a la mayor parte del mundo; de lo que se trata en la guerra de Vietnam es de destruir el ejemplo de un pueblo unido que resiste esta violencia y proclama su independencia.

La fotografía, escribió él una vez con su letra maternal, es un impulso espontáneo, resultado de estar “perpetuamente” mirando, que atrapa el instante y su eternidad.

Pese a todo el infierno de esta vida, un hombre como él le hace a uno darse cuenta de que merece la pena estar vivo. Sí, nos colamos sin que nos vean…

Puede que su instinto para el instante decisivo se asemeje al instinto de una madre con sus hijos, visceral e inmediato. ¿Y quién sabe realmente si se trata de un instinto o si se trata de un mensaje?