El autor de Alexandros nos traslada a la Siracusa de los tiempos heroicos y de sus tristemente célebres tiranos. Todo comienza con el relato de un borracho en una taberna de corinto, en el 320 a.C. Ese hombre harapiento no es otro que Dionisio II, narrador de la historia de su padre, Dionisio de Siracusa, un hombre con un solo objetivo, que su patria tenga prosperidad y esplendor. Lamentablemente, éste le cuesta la pérdida de amigos y familiares, incluyendo a Léptines, su hermano. Tras las guerras entre griegos y cartagineses, las traiciones políticas y el advenimiento de la despótica tiranía, asoma la crónica de un drama personal, de un amor trágico en un mundo regido por la venganza y habitado por los antiguos héroes épicos. El enfrentamiento entre civilizaciones, la intransigencia, la dolorosa partida de la tierra natal, son temas que recorren esta gran aventura de resonancias míticas y de ciudades de deslumbrante belleza.