La hora de clase. Por una erótica de la enseñanza

La promesa que la Escuela-Telémaco sostiene a contracorriente es que el acceso a la cultura, obligándonos a renunciar al goce incestuoso, se abre a una vida más satisfactoria, capaz de ensanchar sus horizontes.

goce inmediato y su alucinación, para encontrar otro goce, capaz de hacer la vida más rica,

abandonar el goce mortífero,

precisos, el maestro del testimonio es aquel que sabe sostener una promesa. ¿Cuál? La promesa de la sublimación:

sabe abrir mundos a través del poder erótico de la palabra y del saber que ésta sabe vivificar

docentes, ya no se trata de perseguir el ideal del maestro-amo capaz de pronunciar la última palabra sobre el sentido de la vida, sino el del

Escuela-Telémaco se hace realidad en el encuentro con una palabra que sabe testimoniar no sólo que sabe el saber, sino también que el saber puede ser amado, puede convertirse en un cuerpo erótico.

la figura del docente

debe ser reconstruida a partir del testimonio de la fuerza de la palabra que cada docente ha de encarnar.

Escuela-Telémaco es una Escuela que debería situar en primer plano el deseo como búsqueda de la propia identidad.