En su autobiografía, Agatha Christie afirma que La casa torcida es uno de sus libros favoritos. La historia comienza cuando Charles y Sophia se conocen en El Cairo, durante la Segunda Guerra Mundial. El conflicto los obliga a separarse y pactar un reencuentro en Londres. Acabada la guerra, y una vez en la capital inglesa, donde le espera Sophia, Charles descubre en el periódico que el abuelo de su futura mujer, un millonario griego con el que vivía toda la familia, ha muerto envenenado. Al parecer, alguien ha introducido la sustancia letal en una de las ampollas de insulina que habitualmente le inyectaban. Y todos los parientes, a cuál más peculiar, son sospechosos del crimen. Principalmente Sofía, pero incluso podrían haber sido los niños.